
La tecnología BIPV (Building Integrated Photovoltaics) está transformando radicalmente la concepción de la envolvente arquitectónica, convirtiendo los edificios de consumidores pasivos de energía en generadores activos. A diferencia de los sistemas fotovoltaicos convencionales que se instalan como elementos añadidos, los módulos BIPV se integran perfectamente en la estructura del edificio, cumpliendo una doble función: generación de energía y funcionalidad constructiva.
La selección del módulo fotovoltaico adecuado trasciende los criterios puramente técnicos para convertirse en una decisión arquitectónica integral que debe considerar la tipología del edificio, su orientación, función y contexto urbano. Esta elección determina no solo el rendimiento energético, sino también la estética, durabilidad y viabilidad económica del proyecto.
En un contexto donde la normativa CTE 2025 impulsa la eficiencia energética y los edificios de energía casi nula (nZEB), la tecnología BIPV emerge como el material constructivo del futuro inmediato, capaz de armonizar sostenibilidad, funcionalidad y diseño arquitectónico.
1. Tipologías de edificio y necesidades energéticas
Cada tipología edificatoria presenta objetivos específicos que condicionan la selección del sistema BIPV más apropiado, variando desde consideraciones estéticas hasta requisitos de rendimiento y mantenimiento.
Edificios residenciales priorizan la integración estética y la eficiencia energética para el autoconsumo familiar. En viviendas unifamiliares, adosadas y bloques residenciales, la armonización visual con el entorno construido resulta fundamental. Los módulos deben ofrecer una apariencia atractiva que incremente el valor de la propiedad, posibilitando colores que se integran discretamente y a su vez disponen de tecnologías de alta eficiencia para maximizar la producción en espacios limitados.

Edificios comerciales y terciarios (oficinas, hoteles, centros comerciales) convierten la fachada BIPV en un elemento de imagen corporativa y diferenciación competitiva. La visibilidad pública de estos edificios exige módulos de máxima calidad estética, con posibilidades de personalización cromática y textural que refuercen la identidad de marca. El rendimiento energético se optimiza para reducir costes operativos y contribuir a certificaciones de sostenibilidad.


Recubrimiento módulos BIPV azules en fachada de una nave industrial
Edificios industriales (naves logísticas, almacenes, centros de producción) priorizan el rendimiento técnico y la facilidad de mantenimiento sobre consideraciones estéticas. Las grandes superficies disponibles permiten instalaciones de elevada potencia con módulos tradicionales, donde la relación coste-eficiencia resulta determinante. Aunque si se buscan elementos distintivos los módulos BIPV se pueden adaptar a cualquier espacio disponible.

Edificios institucionales (hospitales, centros educativos, equipamientos públicos) requieren soluciones que combinen durabilidad, seguridad y representatividad institucional. Estos proyectos, financiados con fondos públicos, deben demostrar compromiso con la sostenibilidad mediante tecnologías avanzadas y diseños que transmitan valores de responsabilidad ambiental.

Aplicaciones urbanas incluyen una amplia gama de elementos arquitectónicos específicos: marquesinas fotovoltaicas que proporcionan sombra y generan energía, vallados acústicos que reducen ruido mientras producen electricidad (barandillas con transparencias del 18% al 53% según configuración, y suelos transitables que aprovechan pavimentos urbanos para generación energética.

2. Criterios técnicos de selección del módulo
La elección técnica del módulo BIPV de vidrio fotovoltaico requiere considerar múltiples parámetros específicos del diseño del vidrio que determinarán tanto el rendimiento energético como la integración arquitectónica.
La potencia pico (Wp) es la potencia eléctrica máxima que puede generar un módulo bajo Condiciones Estándar de Prueba (STC), definidas como una irradiancia de 1000 W/m², una temperatura de célula de 25°C y una masa de aire de 1.5. Este valor, presente en todas las fichas técnicas, es la referencia para comparar el rendimiento potencial de diferentes módulos.
Composición y encapsulante: La importancia del PVB frente al EVA. El vidrio BIPV de SOLARMI se compone de un «sándwich» de dos láminas de vidrio de seguridad de diferentes espesores, que protegen las células fotovoltaicas cristalinas (0,21 mm de espesor). El elemento de unión es el Butiral de Polivinilo (PVB), una resina de alta resistencia con un espesor estándar de 0.76 mm por capa.
La elección del PVB es una ventaja técnica fundamental frente al encapsulante tradicional EVA (Etileno Acetato de Vinilo). Mientras que el EVA es susceptible al amarilleamiento por degradación UV, lo que reduce la transmisión de luz y puede provocar deslaminación, el PVB ofrece una estabilidad superior a largo plazo, una menor permeabilidad a la humedad y una adhesión y resistencia mecánica mucho mayores, garantizando la integridad y el rendimiento del módulo durante toda su vida útil.
Dimensiones y formatos disponibles cubren un rango extremadamente amplio desde módulos mínimos de 180×180mm hasta grandes formatos de 4500×2500mm. Esta versatilidad permite adaptación a cualquier elemento arquitectónico: ventanas fotovoltaicas de 600×1200mm, antepechos desde 700×600mm hasta 1400×600mm, aleros de hasta 1700×900mm, zócalos que alcanzan 1000×1900mm, y espandreles modulares para fachadas comerciales.
Configuración de células y transparencia determinan el equilibrio entre generación eléctrica y transmisión lumínica. Los módulos strips permiten configuraciones horizontales y verticales con células cortadas de 156.75×5mm para aplicaciones lineales específicas. Las matrices tradicionales van desde 3×3 células (9 células totales) en baldosas hasta 12×80 células (960 células) en configuraciones strips para vallados. La transparencia LT oscila entre 10% y 80%, con configuraciones específicas: barandillas hasta 53.3% LT, antepechos 29.8-33% LT, y lucernarios personalizables según necesidades de iluminación.

Personalización cromática y textural permite adaptación total al diseño arquitectónico, ya hemos probado con éxito: acabados de imitación granito incluyen colores Blanco Cristal, Azul Platino, Verde Lapponia, Rojo África, Negro Galaxy y Marrón Báltico. Las texturas de imitación madera ofrecen ocho acabados diferentes desde tonos claros hasta oscuros. Los diseños de mampostería reproducen nueve texturas de piedra y ladrillo. Los colores RAL personalizados para cornisas pueden incluir referencias específicas 4010, 8028, 2004, 3028, 5013, 8000, 7004, 7024, 6038, 6037, 1003, 5012.
Configuración de conexiones eléctricas optimiza la instalación según aplicación. La posición de caja de conexiones puede ser lateral (borde) o trasera según accesibilidad. Los conectores tipo 3 y 4 facilitan conexiones estancas. El cableado de 4mm² garantiza capacidad de corriente adecuada. La distribución de strings se optimiza según potencia: marquesinas modulares desde 540 Wp (2×2 módulos) hasta 5.670 Wp (7×6 módulos).
Aplicaciones específicas con prestaciones diferenciadas cubren todas las necesidades constructivas. Los suelos transitables incorporan vidrio templado antideslizante de 8mm cumpliendo normativas DIN 51130 (R12 > 27°-35°) y EN 41901/41902 (Rd >45 Clase 3).
Las tejas fotovoltaicas sustituyen elementos de cubierta tradicionales. Los balcones fotovoltaicos ofrecen soluciones con transparencias del 18% al 53%.
3. Estética e integración arquitectónica
La integración estética del BIPV trasciende la mera funcionalidad energética para convertirse en elemento compositivo de la arquitectura contemporánea, donde cada aplicación específica responde a necesidades compositivas diferenciadas.
Elementos de fachada principales incluyen fachadas ventiladas con formatos hasta 4500×2500mm que permiten composiciones de gran escala manteniendo la modularidad constructiva.
Los muros cortina pueden incorporar cámaras aislantes de 6/9/12/15mm (aire/argón) con vidrios de 3-12mm que optimizan tanto prestaciones energéticas como térmicas. Los espandreles modulares permiten combinaciones rítmicas en plantas de oficinas con transparencias controladas del 29.8% al 33%.
Elementos de transición y protección solar amplían las posibilidades compositivas. Las marquesinas fotovoltaicas combinan protección climática con generación energética en configuraciones modulares desde 1.773×2.620m hasta 5.573×7.200m. Los aleros fotovoltaicos sustituyen elementos de sombra tradicionales. Las cornisas fotovoltaicas integran tecnología en elementos de remate arquitectónico con acabados RAL personalizados.
Elementos de cerramiento específicos permiten integración total del BIPV. Los antepechos fotovoltaicos sustituyen elementos opacos tradicionales con transparencias del 29.8% al 33% filtrando radiaciones UV e IR. Los zócalos fotovoltaicos generan energía en elementos tradicionalmente inactivos con potencias pico desde 200 Wp hasta 355 Wp. Las barandillas fotovoltaicas combinan seguridad con producción energética en transparencias desde 18.1% hasta 53.35%.
Soluciones de pavimentación y circulación aprovechan superficies horizontales. Las baldosas fotovoltaicas de 600×600×18mm soportan tráfico peatonal con tratamiento antideslizante. Los suelos para calzadas de gran formato (1437×792×18mm) resisten cargas vehiculares generando 135-145 Wp por módulo. Los vallados acústicos de 2000×1000mm combinan control acústico con generación de 126-273 Wp según configuración.
4. Sistemas de fijación y compatibilidad constructiva
La integración constructiva del BIPV requiere sistemas de fijación específicos que garanticen seguridad estructural, estanqueidad y mantenimiento eficiente, adaptados a cada aplicación arquitectónica.
Sistemas de fachada ventilada utilizan subestructuras de aluminio con fijaciones continuas, puntuales mediante spider, tornillos, perforados o grapas lineales según requisitos de carga y modulación. La cámara de ventilación trasera (mínimo 20mm) resulta esencial para evacuación del calor y optimización del rendimiento térmico de los módulos fotovoltaicos.
Sistemas de muro cortina estructural integran los módulos BIPV como elementos de cerramiento primario con vidrios de 3-12mm y cámaras aislantes de 6/9/12/15mm (aire/argón). Este sistema requiere coordinación estructural desde fases iniciales pero optimiza superficie fotovoltaica eliminando elementos de soporte intermedios.
Sistemas específicos por aplicación optimizan cada tipología constructiva. Las tejas fotovoltaicas requieren estructuras de cubierta reforzadas para soportar pesos de 15-40 kg/m² según formato. Los suelos fotovoltaicos se instalan sobre plots elevados que permiten conexiones eléctricas por la parte posterior manteniendo transitabilidad superficial. Las marquesinas fotovoltaicas utilizan estructuras modulares que facilitan expansión hasta configuraciones de 5.573×7.200m.
Elementos de protección y remate incorporan fijaciones ocultas. Los aleros fotovoltaicos se integran en voladizos estructurales con fijaciones perimetrales discretas. Las cornisas fotovoltaicas utilizan anclajes específicos que mantienen la geometría arquitectónica tradicional. Los antepechos y zócalos emplean fijaciones mecánicas que garantizan estabilidad ante cargas de viento.
Impermeabilidad y gestión térmica resultan críticas para durabilidad. Los lucernarios fotovoltaicos incorporan sistemas de drenaje específicos para evacuación de condensaciones y agua de lluvia. Las cubiertas fotovoltaicas integran barreras de vapor y aislamiento térmico coordinado con la producción energética. Los balcones y barandillas incluyen sistemas de evacuación que previenen acumulación de agua.
5. Criterios normativos y de seguridad
La instalación de sistemas BIPV debe cumplir un marco normativo específico que garantiza seguridad, calidad y compatibilidad con la edificación, aplicable a todas las configuraciones desde tejas hasta vallados acústicos.
Código Técnico de la Edificación (CTE) establece las exigencias básicas aplicables a todas las aplicaciones BIPV. El DB-HE (Ahorro de Energía) actualizado en 2025 impulsa la eficiencia energética y reconoce los vidrios fotovoltaicos como material de construcción autoamortizable. El DB-SE (Seguridad Estructural) exige verificación de cargas adicionales especialmente crítico en aplicaciones de gran formato como marquesinas y aleros. El DB-SI (Seguridad contra Incendios) incorpora nuevas exigencias para instalaciones fotovoltaicas según RSCIEI 2025.
UNE-EN 50583 específica para BIPV establece requisitos técnicos particulares diferenciando módulos integrados de instalaciones convencionales. Esta normativa resulta aplicable a todas las configuraciones SOLARMI desde lucernarios hasta suelos transitables, regulando aspectos de seguridad eléctrica y comportamiento constructivo específico.
Marcado CE y declaraciones de prestaciones resultan obligatorios según Reglamento 305/2011 para productos de construcción. Los módulos SOLARMI cumplen CE 2014/35/EU y EN 50583-1 específica para BIPV, además de ISO 9001, ISO 14001, ISO 45001 para gestión de calidad, ambiental y seguridad.
Normativas específicas por aplicación garantizan seguridad funcional. Los suelos transitables cumplen DIN 51097 (pie descalzo Clase C ≥24°), DIN 51130 (pie calzado R12 27°-35°), EN 41901/EN 41902 (Método del Péndulo Rd >45 Clase 3), y ASTM C-1028 (Método del Dinamómetro). Los vallados acústicos integran requisitos de protección sonora con generación energética.
Certificaciones técnicas complementarias validan prestaciones específicas. Los módulos SOLARMI incorporan IEC/EN 61215, IEC/EN 61730, IEC/EN 63092 para comportamiento fotovoltaico, ISO 1064 para durabilidad del vidrio, CO2 GHG Protocolo para huella de carbono, y WEEE 2002/96/CE para reciclabilidad.
Garantías técnicas diferenciadas según aplicación: 12 años de garantía de producto y 25 años de garantía de potencia para todos los módulos SOLARMI, con degradación inferior al 0.5% anual garantizando prestaciones estables durante toda la vida útil.
6. Selección por tipología de edificio
La selección óptima del vidrio fotovoltaico BIPV se basa en criterios específicos de funcionalidad arquitectónica, prestaciones técnicas e integración estética, donde la personalización responde a las exigencias específicas de cada proyecto.
Edificios residenciales requieren equilibrio entre transparencia (20-40% LT) e integración estética utilizando elementos como antepechos, balcones y tejas según configuración. Si no se quiere afectar el edificio principal, también existen las opciones de las pérgolas y marquesinas BIPV.
Edificios comerciales/terciarios priorizan imagen corporativa con muros cortina de gran formato (módulos de hasta 4500×2500mm), espandreles modulares y marquesinas, o fachadas ventiladas que refuerzan identidad de marca. La personalización cromática completa mediante colores RAL, imitaciones granito o texturas personalizadas permite diferenciación competitiva.
Edificios industriales buscan máximo rendimiento con fachadas ventiladas de gran formato, cubiertas fotovoltaicas extensivas y tejas industriales que optimizan relación coste-eficiencia. Los vallados perimetrales y marquesinas de carga aprovechan superficies auxiliares.
Edificios institucionales combinan representatividad y durabilidad mediante aleros, cornisas con colores RAL institucionales y lucernarios que optimizan iluminación natural. Las barandillas de seguridad y zócalos perimetrales refuerzan la funcionalidad pública.
Aplicaciones urbanas y pavimentos maximizan aprovechamiento del espacio público con suelos transitables, baldosas peatonales, vallados acústicos y marquesinas de transporte público que mejoran calidad urbana mientras contribuyen a sostenibilidad energética.
En todos los casos, las células fotovoltaicas son cristalinas con tecnología 5bb o Mbb , conexión de alta eficiencia, y la selección
cromática, textural y dimensional depende exclusivamente de los requisitos del diseño arquitectónico específico, aprovechando la versatilidad total del vidrio fotovoltaico SOLARMI.
Conclusión
La selección del vidrio fotovoltaico ideal para integración arquitectónica trasciende los criterios puramente técnicos para convertirse en una decisión de diseño integral que debe armonizar sostenibilidad, funcionalidad y estética arquitectónica.
La gama SOLARMI BIPV ha evolucionado hasta ofrecer soluciones específicas para cada elemento arquitectónico, desde tejas hasta marquesinas, pasando por suelos transitables, vallados acústicos, barandillas de seguridad, lucernarios, antepechos, aleros, cornisas, zócalos y espandreles. Esta diversidad permite responder a las necesidades específicas de cualquier proyecto arquitectónico manteniendo coherencia estética y técnica.
La personalización cromática y textural ilimitada mediante impresión digital de imitaciones granito, madera, mampostería, geometrías específicas y colores RAL, permite que cada proyecto exprese su identidad arquitectónica única sin comprometer las prestaciones energéticas. Los formatos desde 180×180mm hasta 4500×2500mm garantizan adaptabilidad a cualquier escala constructiva.
La coordinación multidisciplinar entre arquitectos, ingenieros y especialistas BIPV desde las fases iniciales resulta esencial para optimizar la integración técnica, estética y normativa. El cumplimiento del marco regulatorio específico (CTE, UNE-EN 50583, marcado CE) y las garantías diferenciadas (12/25 años) aseguran calidad y durabilidad a largo plazo.
En el contexto de la transición energética y las exigencias del CTE 2025, la tecnología BIPV SOLARMI representa la materialización de la arquitectura fotovoltaica integral, donde cada superficie del edificio contribuye activamente a la sostenibilidad energética sin renunciar a la excelencia del diseño arquitectónico contemporáneo.
